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ARIEL COLMENARES


AGOSTO 2011

miércoles, 19 de enero de 2011

PUNTO DE VISTA ANTI-IMPERIALISTA*


Por: José Carlos Mariátegui (1894-1930)

* Tesis presentada a la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana (Buenos Aires, junio de 1929). Se ha reproducido de El Movimiento Revolucionario Latino Americano (Editado por La Correspondencia Sudamericana). La misma versión aparece en el Tomo II de la obra de Martínez de la Torre (págs. 414 a 418). Fue leída por Julio Portocarrero en circunstancias en que se debatía "La lucha anti-imperialista y los problemas de táctica de los Partidos Comunistas de América Latina". Al término de su lectura, el delegado peruano señaló: "Compañeros: Así escribe el compañero José Carlos Mariátegui cuando formula su tesis sobre anti-imperialismo, analizando antes el estado económico y social del Perú...". Nota de los Editores. (Empresa Editora Amauta. 1977).

1º- ¿Hasta qué punto puede asimilarse la situación de las repúblicas latinoamericanas a la de los países semi-coloniales? La condición económica de estas repúblicas, es, sin duda, semi-colonial, y, a medida que crezca su capitalismo y, en consecuencia, la penetración imperialista, tiene que acentuarse este carácter de su economía. Pero las burguesías nacionales, que ven en la cooperación con el imperialismo la mejor fuente de provechos, se sienten lo bastante dueñas del poder político para no preocuparse seriamente de la soberanía nacional. Estas burguesías, en Sud América, que no conoce todavía, salvo Panamá, la ocupación militar yanqui, no tienen ninguna predisposición a admitir la necesidad de luchar por la segunda independencia, como suponía ingenuamente la propaganda aprista. El Estado, o mejor la clase dominante no echa de menos un grado más amplio y cierto de autonomía nacional. La revolución de la Independencia está relativamente demasiado próxima, sus mitos y símbolos demasiado vivos, en la conciencia de la burguesía y la pequeña burguesía. La ilusión de la soberanía nacional se conserva en sus principales efectos. Pretender que en esta capa social prenda un sentimiento de nacionalismo revolucionario, parecido al que en condiciones distintas representa un factor de la lucha anti-imperialista en los países semi-coloniales avasallados por el imperialismo en los últimos decenios en Asia, sería un grave error.

Ya en nuestra discusión con los dirigentes del aprismo, reprobando su tendencia a proponer a la América Latina un Kuo Min Tang, como modo de evitar la imitación europeísta y acomodar la acción revolucionaria a una apreciación exacta de nuestra propia realidad, sosteníamos hace más de un año la siguiente tesis:

"La colaboración con la burguesía, y aun de muchos elementos feudales, en la lucha anti-imperialista china, se explica por razones de raza, de civilización nacional que entre nosotros no existen. El chino noble o burgués se siente entrañablemente chino. Al desprecio del blanco por su cultura estratificada y decrépita, corresponde con el desprecio y el orgullo de su tradición milineria. El anti-imperialismo en la China puede, por tanto, descansar en el sentimiento y en el factor nacionalista. En Indo-América las circunstancias no son las mismas. La aristoracia y la burguesía criollas no se sienten solidarizadas con el pueblo por el lazo de una historia y de una cultura comunes. En el Perú, el aristócrata y el burgués blancos, desprecian lo popular, lo nacional. Se sienten, ante todo, blancos. El pequeño burgués mestizo imita este ejemplo. La burguesía limeña fraterniza con los capitalistas yanquis, y aún con sus simples empleados, en el Country Club, en el Tennis y en las calles. El yanqui desposa sin inconveniente de raza ni de religión a la señorita criolla, y ésta no siente escrúpulo de nacionalidad ni de cultura en preferir el matrimonio con un individuo de la raza invasora. Tampoco tiene este escrúpulo la muchacha de la clase media. La "huachafita" que puede atrapar un yanqui empleado de Grace o de la Foundation lo hace con la satisfacción de quien siente elevarse su condición social. El factor nacionalista, por estas razones objetivas que a ninguno de ustedes escapa seguramente, no es decisivo ni fundamental en la lucha anti-imperialista en nuestro medio. Sólo en los países como la Argentina, donde existe una burguesía numerosa y rica, orgullosa del grado de riqueza y poder en su patria, y donde la personalidad nacional tiene por estas razones contornos más claros y netos que en estos países retardados, el anti-imperialismo puede (tal vez) penetrar fácilmente en los elementos burgueses; pero por razones de expansión y crecimiento capitalistas y no por razones de justicia social y doctrina socialista como es nuestro caso".

La traición de la burguesía china, la quiebra del Kuo Min Tang, no eran todavía conocidas en toda su magnitud. Un conocimiento capitalista, y no por razones de justicia social y doctrinaria, demostró cuan poco se podía confiar, aún en países como la China, en el sentimiento nacionalista revolucionario de la burguesía.

Mientras la política imperialista logre "manéger" los sentimientos y formalidades de la soberanía nacional de estos Estados, mientras no se vea obligada a recurrir a la intervención armada y a la ocupación militar, contará absolutamente con la colaboración de las burguesías. Aunque enfeudados a la economía imperialista, estos países, o más bien sus burguesías, se considerarán tan dueños de sus destinos como Rumania, Bulgaria, Polonia y demás países "dependientes" de Europa.

Este factor de la psicología política no debe ser descuidado en la estimación precisa de las posibilidades de la acción anti-imperialista en la América Latina. Su relegamiento, su olvido, ha sido una de las características de la teorización aprista.

2°- La divergencia fundamental entre los elementos que en el Perú aceptaron en principio el Apra -como un plan de frente único, nunca como partido y ni siquiera como organización en marcha efectiva- y los que fuera del Perú la definieron luego como un Kuo Min Tang latinoamericano, consiste en que los primeros permanecen fieles a la concepción económico-social revolucionaria del anti-imperialismo, mientras que los segundos explican así su posición "Somos de izquierda (o socialistas) porque somos anti-imperialistas". El anti-imperialismo resulta así elevado a la categoría de un programa, de una actitud política, de un movimiento que se basta a sí mismo y que conduce, espontáneamente, no sabemos en virtud de qué proceso, al socialismo, a la revolución social. Este concepto lleva a una desorbitada superestimación del movimiento anti-imperialista, a la exageración del mito de la lucha por la "segunda independencia", al romanticismo de que estamos viviendo ya las jornadas de una nueva emancipación. De aquí la tendencia a reemplazar las ligas anti-imperialistas con un organismo político. Del Apra, concebida inicialmente como frente único, como alianza popular, como bloque de las clases oprimidas, se pasa al Apra definida como el Kuo Min Tang latinoamericano.

El anti-imperialismo, para nosotros, no constituye ni puede constituir, por si solo, un programa político, un movimiento de masas apto para la conquista del poder. El anti-imperialismo, admitido que pudiese movilizar al lado de las masas obreras y campesinas, a la burguesía y pequeña burguesía nacionalistas (ya hemos negado terminantemente esta posibilidad) no anula el antagonismo entre las clases, no suprime su diferencia de intereses.

Ni la burguesía, ni la pequeña burguesía en el poder pueden hacer una política antiimperialista. Tenemos la experiencia de México, donde la pequeña burguesía ha acabado por pactar con el imperialismo yanqui. Un gobierno "nacionalista" puede usar, en sus relaciones con los Estados Unidos, un lenguaje distinto que el gobierno de Leguía en el Perú. Este gobierno es francamente, desenfadadamente pan-americanista, monroista; pero cualquier otro gobierno burgués haría, prácticamente, lo mismo que él, en materia de empréstitos y concesiones. Las inversiones del capital extranjero en el Perú crecen en estrecha y directa relación con el desarrollo económico del país, con la explotación de sus riquezas naturales, con la población de su territorio, con el aumento de las vías de comunicación. ¿Qué cosa puede oponer a la penetración capitalista la más demagógica pequeña-burguesía? Nada, sino palabras. Nada, sino una temporal borrachera nacionalista. El asalto del poder por el anti-imperialismo, como movimiento demagógico populista, si fuese posible, no representaría nunca la conquista del poder, por las masas proletarias, por el socialismo. La revolución socialista encontraría su más encarnizado y peligroso enemigo, -peligroso por su confusionismo, por la demagogia-, en la pequeña burguesía afirmada en el poder, ganado mediante sus voces de orden.

Sin prescindir del empleo de ningún elemento de agitación antiimperialista, ni de ningún medio de movilización de los sectores sociales que eventualmente pueden concurrir a esta lucha, nuestra misión es explicar y demostrar a las masas que sólo la revolución socialista opondrá al avance del imperialismo una valla definitiva y verdadera.

3°- Estos hechos diferencian la situación de los países Sud Americanos de la situación de los países Centro Americanos, donde el imperialismo yanqui, recurriendo a la intervención armada sin ningún reparo, provoca una reacción patriótica que puede fácilmente ganar al anti-imperialismo a una parte de la burguesía y la pequeña burguesía. La propaganda aprista, conducida personalmente por Haya de la Torre, no parece haber obtenido en ninguna otra parte de América mayores resultados. Sus prédicas confusionistas y mesiánicas, que aunque pretenden situarse en el plano de la lucha económica, apelan en realidad particularmente a los factores raciales y sentimentales, reúnen las condiciones necesarias para impresionar a la pequeña burguesía intelectual. La formación de partidos de clase y poderosas organizaciones sindicales, con clara consciencia clasista, no se presenta destinada en esos países al mismo desenvolvimiento inmediato que en Sud América. En nuestros países el factor clasista es más decisivo, está más desarrollado. No hay razón para recurrir a vagas fórmulas populistas tras de las cuales no pueden dejar de prosperar tendencias reaccionarias. Actualmente el aprismo, como propaganda, está circunscrito a Centro América; en Sud América, a consecuencia de la desviación populista, caudillista, pequeño-burguesa, que lo definía como el Kuo Min Tang latinoamericano, está en una etapa de liquidación total. Lo que resuelva al respecto el próximo Congreso Anti-imperialista de París, cuyo voto tiene que decidir la unificación de los organismos antiimperialistas y establecer la distinción entre las plataformas y agitaciones antiimperialistas y las tareas de la competencia de los partidos de clase y las organizaciones sindicales, pondrá término absolutamente a la cuestión.

4º- ¿Los intereses del capitalismo imperialista coinciden necesaria y fatalmente en nuestros países con los intereses feudales y semifeudales de la clase terrateniente? ¿La lucha contra la feudalidad se identifica forzosa y completamente con la lucha anti-imperialista? Ciertamente, el capitalismo imperialista utiliza el poder de la clase feudal, en tanto que la considera la clase políticamente dominante. Pero, sus intereses económicos no son los mismos. La pequeña burguesía, sin exceptuar a la más demagógica, si atenúa en la práctica sus impulsos más marcadamente nacionalistas, puede llegar a la misma estrecha alianza con el capitalismo imperialista. El capital financiero se sentirá más seguro, si el poder está en manos de una clase social más numerosa, que, satisfaciendo ciertas reivindicaciones apremiosas y estorbando la orientación clasista de las masas, está en mejores condiciones que la vieja y odiada clase feudal de defender los intereses del capitalismo, de ser su custodio y su ujier. La creación de la pequeña propiedad, la expropiación de los latifundios, la liquidación de los privilegios feudales, no son contrarios a los intereses del imperialismo, de un modo inmediato. Por el contrario, en la medida en que los rezagos de feudalidad entraban el desenvolvimiento de una economía capitalista, ese movimiento de liquidación de la feudalidad, coincide con las exigencias del crecimiento capitalista, promovido por las inversiones y los técnicos del imperialismo; que desaparezcan los grandes latifundios, que en su lugar se constituya una economía agraria basada en lo que la demagogia burguesa llama la "democratización" de la propiedad del suelo, que las viejas aristocracias se vean desplazadas por una burguesía y una pequeña burguesía más poderosa e influyente -y por lo mismo más apta para garantizar la paz social-, nada de esto es contrario a los intereses del imperialismo. En el Perú, el régimen leguiísta, aunque tímido en la práctica ante los intereses de los latifundistas y gamonales, que en gran parte le prestan su apoyo, no tiene ningún inconveniente en recurrir a la demagogia, en reclamar contra la feudalidad y sus privilegios, en tronar contra las antiguas oligarquías, en promover una distribución del suelo que hará de cada peón agrícola un pequeño propietario. De esta demagogia saca el leguiísmo, precisamente, sus mayores fuerzas. El leguiísmo no se atreve a tocar la gran propiedad. Pero el movimiento natural del desarrollo capitalista -obras de irrigación, explotación de nuevas minas, etc.- va contra los intereses y privilegios de la feudalidad. Los latifundistas, a medida que crecen las áreas cultivables, que surgen nuevos focos de trabajo, pierden su principal fuerza: la disposición absoluta e incondicional de la mano de obra. En Lambayeque, donde se efectúan actualmente obras de regadío, la actividad capitalista de la comisión técnica que las dirige, y que preside un experto norteamericano, el ingeniero Sutton, ha entrado prontamente en conflicto con las conveniencias de los grandes terratenientes feudales. Estos grandes terratenientes son; principalmente, azucareros. La amenaza de que se les arrebate el monopolio de la tierra y el agua, y con él el medio de disponer a su antojo de la población de trabajadores saca de quicio a esta gente y la empuja a una actitud que el gobierno, aunque muy vinculado a muchos de sus elementos, califica de subversiva o anti-gobiernista. Sutton tiene las características del hombre de empresa capitalista norteamericano. Su mentalidad, su trabajo, chocan al espíritu feudal de los latifundistas, Sutton ha establecido, por ejemplo, un sistema de distribución de las aguas, que reposa en el principio de que el dominio de ellas pertenece al Estado; los latifundistas consideraban el derecho sobre las aguas anexo a su derecho sobre la tierra. Según su tesis, las aguas eran suyas; eran y son propiedad absoluta de sus fundos.

5º- ¿Y la pequeña burguesía, cuyo rol en la lucha contra el imperialismo se superestima tanto, es como se dice, por razones de explotación económica, necesariamente opuesta a la penetración imperialista? La pequeña burguesía es, sin duda, la clase social más sensible al prestigio de los mitos nacionalistas. Pero el hecho económico que domina la cuestión, es el siguiente: en países de pauperismo español, donde la pequeña burguesía, por sus arraigados prejuicios de decencia, se resiste a la proletarización; donde ésta misma, por la miseria de los salarios no tiene fuerza económica para transformarla en parte en clase obrera; donde imperan la empleomanía, el recurso al pequeño puesto del Estado, la caza del sueldo y del puesto "decente"; el establecimiento de grandes empresas que, aunque explotan enormemente a sus empleados nacionales, representan siempre para esta clase un trabajo mejor remunerado, es recibido y considerado favorable-mente por la gente de clase media. La empresa yanqui representa mejor sueldo, posibilidad de ascensión, emancipación de la empleomanía del Estado, donde no hay porvenir sino para los especuladores. Este hecho actúa, con una fuerza decisiva, sobre la conciencia del pequeño burgués, en busca o en goce de un puesto. En estos países, de pauperismo español, repetimos, la situación de las clases medias no es la constatada en los países donde estas clases han pasado un período de libre concurrencia, de crecimiento capitalista propicio a la iniciativa y al éxito individuales, a la opresión de los
grandes monopolios.
* * *
En conclusión, somos anti-imperialistas porque somos marxistas, porque somos revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo como sistema antagónico, llamado a sucederlo, porque en la lucha contra los imperialismos extranjeros cumplimos nuestros deberes de solidaridad con las masas revolucionarias de Europa.
Lima, 21 de mayo de 1929.

martes, 11 de enero de 2011

La Masacre de Katyn: Otra Vil Mentira Burguesa Contra Stalin

Semanario Revolución Obrera Nº 307 17 de diciembre de 2010


La burguesía insiste y persiste, con todas sus fuerzas, en atacar la Dictadura del Proletariado, especialmente a uno de sus símbolos, el camarada José Stalin, gran jefe del movimiento obrero, luchador implacable contra la burguesía y reaccionarios en la URSS y en todo el mundo hasta su muerte en 1953.

Es tanto el odio de todos los explotadores del mundo contra el camarada, que la semana pasada volvieron a generar toda una alharaca en su contra, acusándolo de dar la orden de una masacre que supuestamente realizó el Ejército Rojo en los bosques de Polonia, en la zona de Katyn, entre los años de 1940 y 1941.


Fue toda una bulla con bombos y platillos encabezada por el presidente polaco, Bronislaw Komorowski, que calificó de “paso en buena dirección” la declaración de la Duma (parlamento) rusa que condenó a Stalin por ordenar la matanza de más de 20.000 polacos en los bosques de Katyn. En esta ceremonia, Vladimir Putin, primer ministro ruso que ha ordenado, ese sí, crímenes contra los miles de habitantes en la ex república soviética de Georgia, la región rusa de Osetia del Norte, con todo el descaro propio de un burgués ha dicho de manera cínica que Stalin, “se sentía personalmente culpable por la tragedia (de los soldados soviéticos muertos en Polonia durante la Primera Guerra Mundial) y cometió esa matanza (en Katyn) por venganza”; es decir, que el camarada era un asesino despiadado que cobraba venganza por fuera del campo de batalla, nada más lejos de la realidad.


El juicio de la burguesía sobre esta masacre, tergiversando y ocultando la historia, es que esta masacre fue un “crimen de guerra” con “elementos de genocidio”, pero cometida, no por el Ejército Rojo ni por orden de Stalin, sino por asesinos nazis bajo el mando de Hitler quien ordenó al ejército realizar la masacre y al departamento de propaganda del III Reich dirigido por Joseph Goebbels generar toda una ofensiva propagandística para acusar a la URSS y su ejército; aquí está claro quiénes eran en esa época los más interesados en desprestigiar a la patria del socialismo.


Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, escribió en su diario el 8 de mayo de 1943: “Por desgracia, municiones alemanas han sido halladas en las fosas de Katyn... Es fundamental que este incidente se mantenga en total secreto. Si tuviera que llegar al conocimiento del enemigo, todo el asunto de Katyn caería.” (Los diarios de Goebbels. Traducido y editado por Louis P. Lochner. Hamish Hamilton, Londres 1948).


¿Cuál es todo el asunto de Katyn? ¿Qué es lo que se Caería?


El asunto de la masacre de Katyn, no es más que un capítulo de la propagada nazi de la época contra el país de los soviets, capítulo que comenzaron a hacer público en 1943 en contra de los bolcheviques, el Ejército Rojo y la URSS (socialista por esos días) para que las masas de Polonia, Ucrania, Bielorrusia y países que compartían frontera con la Unión Soviética, vieran al Ejército Rojo como a los peores criminales de la historia y al socialismo como una gran farsa donde no gobernaba el proletariado, sino una camarilla de asesinos bajo las ordenes de Stalin.

Fue por el año de 1943 con los nazis en Polonia, en Katyn, cuando se comenzaron a hacer públicas las denuncias sobre las fosas comunes, fosas que según testimonios de la época fueron ordenadas por los oficiales alemanes y que fueron terminadas en abril de 1943. Los alemanes manipularon las tumbas de las víctimas para tratar de eliminar las pruebas que demostraban que la masacre no tuvo lugar en el otoño de 1941, sino en la primavera de 1940 poco después de que los polacos llegaran por primera vez a la zona, lo que explica el estado de descomposición de los cadáveres encontrados y examinados por una comisión de investigación que conformo la URSS en 1953. Son muchos los datos, las pruebas y las evidencias que la burguesía ha creado, ha inventado, ha tergiversado en contra de la URSS y del camarada Stalin; todos los imperialistas y reaccionarios, entre ellos, los nazis bajo el mando de Hitler odiaron con toda su alma al proletariado, a los comunistas y a los pueblos del mundo, y este odio se acrecentó porque fue a manos del pueblo de la URSS, de Europa y Asia los que les propinaron una gran derrota a estos criminales.

Esta es una de las causas del odio profundo de la burguesía, los reaccionarios y oportunistas del mundo contra Stalin, por ello intentan por todos los medios desprestigiarlo, y es deber del proletariado consciente y los auténticos comunistas del mundo defender su legado.






Un poema de Lenin

Fuente: http://www.magicasruinas.com.ar/literatura/un-poema-de-lenin.htm

La Revisa CRISIS publica, por primera (mayo 1973) vez en castellano, el texto completo del único poema escrito por Lenín. La traducción es de Waldo Rojas. quien utilizó la versión francesa de Gregoire Alexinsky. Este texto no figura en las Obras completas de Lenin. El poema fue escrito durante la primavera de 1907, año que su autor pasó en Selvista, aldea de Finlandia. Allí pudo descansar luego de un año y medio de intensa actividad política casi siempre en la clandestinidad. Durante su estadía en la aldea finesa mantuvo largas. discusiones sobre literatura revolucionaría y creación poética con Piotr Al, alias que utilizaba Gregoire Alexinsky, miembro del partido social demócrata ruso, diputado de Petersburgo en la Duma. Para ilustrar estas discusiones Lenin escribió en tres días este poema. El trabajo que presentamos debió publicarse en la revista de Ginebra Raduga (Arcoiris) dirigida por Piotr Al, pero la publicación dejó de aparecer antes de incluir en sus páginas este poema que firmaba "Un ruso".






Borrascoso año aquel. Los Huracanes sobrevolaban


El país entero. Se desataban los nubarrones,


Sobre nosotros se precipitaba la tempestad, y el granizo y el trueno.


Heridas


Se abrían en los campos y en las aldeas bajo los golpes del azote terrestre.


Estallaban los rayos, los relámpagos redoblablan violencia.


El calor quemaba sin piedad, los pechos estaban oprimidos


Y el reflejo de los incendios alumbraba


Las tinieblas mudas de las noches sin estrellas






Trastornados los elementos y los hombres,


Los corazones oprimidos por una inquietud oscura,


Jadeaban los pechos en la angustia,


Resecas las bocas se cerraban.


Mártires por millares han muerto en las tempestades sangrientas.


Pero no en vano han sufrido ellos lo que han sufrido y la corona de espinas.


En el reino de la mentira y de las tinieblas; por entre esclavos hipócritas


Ellos han pasado como las antorchas del porvenir.


Con trazo de fuego, con un trazo indeleble,


Ellos han grabado ante nosotros la vía del martirio,


Y en la carta de la vida han estampado el sello del oprobio


Sobre el yugo de la esclavitud y la vergüenza de las cadenas


El frío arrecia. Las hojas se marchitan y caen


Y cogidas por el viento se arremolinan en una danza macabra.


Viene el Otoño gris y pútrido,


Lagrimeante de lluvia, sepultado de barro negro.






Y para los hombres la vida se hizo detestable y opaca.


Vida y muerte les fueron igualmente insoportables,


Les rondaron sin tregua la cólera y la angustia.


Fríos y vacíos y oscuros sus corazones como sus hogares.


Y de pronto, ¡la Primavera! Primavera en pleno Otoño putrefacto,


La Primavera Roja descendió sobre nosotros, bella y luminosa,


Como un presente de los cielos al país triste y miserable,


Como una mensajera de la vida.






Una aurora escarlata como una mañana de mayo


Se levantó en el cielo empañado y triste;


El sol rojo, centelleante, con la espada de sus rayos


Perforó las nubes y se derruyó la mortaja de la bruma.






Como el fuego de un faro en el abismo del mundo,


Como la llama del sacrificio en el altar de la naturaleza,


Encendido para la eternidad por una mano desconocida,


Trajo hacia la luz a los pueblos adormecidos.






Rosas rojas nacieron de la sangre ardiente,


Flores de púrpura se abrieron,


Y sobre las tumbas olvidadas


Trenzaron coronas de gloria.






Tras el Carro de la Libertad,


Y blandiendo la Bandera Roja,


Fluían multitudes semejantes a ríos,


Como el despertar de las aguas con la primavera.






Los estandartes rojos palpitaban sobre el cortejo,


Se elevó el himno sagrado de la libertad


Y el pueblo cantó con lágrimas de amor


Una marcha fúnebre para sus mártires.






Era un pueblo jubiloso,


Su corazón desbordaba de esperanzas y de sueños,


Todos creían en la libertad que venía,


Todos, desde el sabio anciano hasta el adolescente.






Pero el despertar sigue siempre al sueño,


La realidad no tiene piedad,


Y a la beatitud de las ensoñaciones y de la embriaguez


Sigue la amarga decepción.






Las fuerzas de las tinieblas se agazapaban en las sombras


Reptando y silbando en el polvo. Esperaban.


Y repentinamente hundieron sus dientes y sus cuchillos


En las espaldas y los talones de los valientes.


Los enemigos del pueblo, con sus bocas sucias,






Bebían la sangre cálida y pura


Cuando los amigos inocentes de la libertad,


Agotados por penosas caminatas,


Fueron cogidos de sorpresa, soñolientos y desarmados.






Se esfumaron los días de luz,


Los reemplazó una serie interminable y maldita de días negros.


La luz de la libertad y el sol se extinguieron.


Una mirada de serpiente acecha en las tinieblas.






Los asesinatos crapulosos, los pogroms, el lodo de las denuncias,


(progrom:asesinato y saqueo de judíos)


Son proclamados actos de patriotismo,


Y el rebaño negro se regocija


Con un cinismo sin freno.






Salpicado con la sangre de las víctimas de la venganza,


Muertas de un pérfido golpe


Sin razón ni piedad,


Víctimas conocidas y desconocidas.






En medio de vapores de alcohol, maldiciendo, mostrando el puño,


Con botellas de vodka en las manos, multitudes de granujas






Corren, como tropel de bestias,


Haciendo sonar las monedas de la traición,


Y bailan una danza de apaches.






Pero Yemelia, el pobre idiota,


(Yemelia:diminutivo de Yemelian (Emiliano), entre los rusos es sinónimo de necio)


A quien las bombas han vuelto más tonto y asustadizo, tiembla como un ratón,


Y en su festón se pone con aplomo La insignia de los Cien Negros.


(Cien Negros:partido zarista, policial, antisemita y reaccionario, precursor ruso del nazismo)






La risa lúgubre de los búhos y de las lechuzas


Resuena en la oscuridad de las noches, anunciando la muerte de la libertad y de la alegría,


Y un Invierno cruel, con la nieve tempestuosa,


Viene del reino de los hielos eternos.






Con sus nieves espesas, semejantes a una mortaja blanca,


El invierno ha vuelto al gran país.


Atando a la Primavera con cadenas de hielo,


El frío-verdugo ¡e ha dado muerte antes de tiempo.


Como manchas de barro, por aquí y por allá, aparecen


Las pequeñas islas negras de las aldeas miserables sepultadas bajo las nieves.






El hambre junto a la miseria y al frío pálido


Por doquiera se guarecen en las moradas apestosas.


A través de la llanura de nieve sin fin,


A través de las estepas, sin medida ni límite,


Donde en el verano el viento ardiente trae consigo un calor tórrido,


Aciagas borrascas de nieve van y vienen como blancos pájaros rapaces.


La tempestad aúlla como una bestia salvaje y de pelambre enmarañada,


Precipitándose sobre cuanto conserve una gota de vida,


Y vuela, con estrépito, como una terrible serpiente alada,


Para borrar de la faz de la tierra todo rastro de vida.






La tempestad doblega a los árboles, quiebra los bosques,


Amontona la nieve en las montañas heladas.


Los animales se han guarecido en sus cubiles.


Han desaparecido los senderos y el viajero es engullido sin dejar huella.






Magros lobos acuden, hambrientos,


Yerran sobre los pasos de la tempestad,


Feroces, la presa se arrebatan los unos a los otros,


Aúllan a la luna, y todo lo vivo tiembla de espanto.






La lechuza ríe, el lechy salvaje golpea las manos.


(Lechy:espíritu del bosque según los cuentos populares rusos)


Ebrios, los demonios negros giran en torbellino


Y hacen chasquear los ávidos labios: olfatean ellos una gran matanza


Y esperan la señal sanguinolenta.


El hielo cubre todo, muerte en todas partes, todo yace yerto.


Toda vida pareciera esfumada,


Una fosa común el mundo entero, una fosa única.


Ni siquiera las sombras de la vida libre y luminosa.






Pero es aún temprano para que la noche triunfe sobre el día,


Para que la tumba celebre su fiesta de victoria sobre la vida ...


Aún bajo cenizas se incuba la chispa.


La chispa que la vida reanimará con su soplo.






La flor de la libertad quebrada y deshonrada


Ha sido pisoteada y muerta está por siempre.


Los negros se regocijan al ver aterrado al mundo de la luz,


Pero en la tierra natal el fruto de esta flor ya espera en el subsuelo.






En las entrañas de la madre el grano milagroso


Misterioso se conserva e invisible;


Ha de ser alimentado por la tierra, se reanimará en la tierra,


Para renacer a una vida nueva.






Llevará el germen ardiente de la nueva libertad,


Fundirá la corteza de hielo, la resquebrajará,


Crecerá y -árbol gigante- iluminará el mundo con su follaje rojo,


El mundo entero surgirá a su luz, y bajo su sombra congregará a todos los pueblos.


¡A las armas, hermanos! ¡La felicidad está cercana! ¡Coraje! ¡Al combate! ¡Adelante!


¡Despertad vuestros espíritus! ¡Expulsad de vuestros corazones el miedo cobarde y servil!


¡Estrechad vuestras filas! ¡Todos unidos contra los tiranos y los amos!


¡La suerte de la victoria está en vuestras poderosas manos de trabajadores!


¡Coraje! ¡Este tiempo de desgracias pasará rápido!


¡Levantaos como uno solo contra los opresores de la libertad!


La Primavera llegará ... se acerca ... ya viene.


¡La roja libertad, tan bella, tan deseada, camina hacia nosotros!






Autocracia


Nacionalismo


Ortodoxia


Ya demostraron irrefutablemente sus altas virtudes:


En su nombre se nos golpeaba, se nos golpeaba, se nos golpeaba,


Hasta la sangre misma se castigaba a los mujiks,


Se les quebraban los dientes,


Se sepultaba a los hombres en los presidios, encadenados,


Se saqueaba, se asesinaba,


Para nuestro bien, según la ley,


Para la gloria del Zar y la salud del Imperio,


Los servidores del Zar daban de beber a los verdugos,


Con el vodka del Estado y la sangre del pueblo


Sus soldados regalaban a sus rapaces cuervos.






Se daba de beber a los ejecutores de las altas órdenes,


Se alimentaba a sus cuervos rapaces


Con los cadáveres aún tibios de los esclavos rebeldes


Y con los cadáveres dóciles de los esclavos más fieles.






Con una oración ardiente, los servidores de Cristo


Regaban de agua bendita un bosque de horcas.






¡Hurra! ¡Viva nuestro Zar!


¡Con su nudo corredizo bien jabonado y mejor bendecido!


¡Viva el esbirro del Zar,


Con su látigo, su sable y su fusil!






¡Soldados, ahogad vuestros remordimientos


En un pequeño vaso de vodka!


¡Disparad, valientes, sobre los niños y sobre las mujeres!


Matad el mayor número posible de vuestros hermanos para divertir al padrecito.






¡Y si tu propio padre cae bajo tus balas,


Que se ahogue en su sangre, vertida por la mano de Caín!


¡Embrutecido por el vodka del Zar,


Mata a tu propia madre, sin piedad!


¿A qué temes tú?


No es a los japoneses, a quienes tienes adelante.


No temes sino a tus prójimos, a tus propios familiares,


Y ellos están del todo desarmados.






Una orden se te da, valet del Zar.


¡Sé como antes una bestia de carga, esclavo eterno,


Enjuga tus lágrimas con tu manga


Y golpea el suelo con tu frente!






Oh, pueblo, fiel, feliz


Amado por el Zar hasta la muerte,


Soporta todo y obedece hasta la muerte ...


¡Y fuego! ¡Látigo! ... ¡Golpead ... !


¡Dios: protege al pueblo,


Poderoso, majestuoso!






¡Que nuestro pueblo reine, haciendo sudar de miedo a los zares!






Con su tropa sin gloria Nuestro Zar está desencadenado,


Con su jauría de servidores despreciados


Los lacayos suyos se festejan


Sin lavar la sangre de sus manos.


¡Dios: protege al pueblo


Durante los días sombríos!


¡Y tú, pueblo, protege la Bandera Roja!






¡Opresión sin límite!


¡Azote de la policía!


¡Tribunales de sentencias súbitas


Como las salvas de las ametralladoras!


¡Castigos y fusilamientos,


Horrible bosque de horcas


Para castigar vuestras rebeldías!






Colmadas están las prisiones,


Los deportados sufren infinitudes,


Las salvas desgarran la noche,


Los buitres se han saciado.


El dolor y el duelo


Se extienden sobre el país natal.


¡Ni una familia ajena al sufrimiento!






Festeja con tus verdugos,


Déspota, tu banquete sangriento,


¡Roe, Vampiro, la carne del pueblo,


Con tus perros insaciables!






¡Siembra, Déspota, el fuego!


¡Monstruo, bebe nuestra sangre!


¡Levántate, Libertad!


¡Flamea, Bandera Roja!






¡Vengaos, castigad,


¡Torturadnos una última vez!


¡La hora del castigo está cercana!


Ya llega el tribunal. ¡Sabedlo!






¡Por la libertad


Iremos a la muerte, a la muerte,


Tomaremos el poder y la libertad,


Y la tierra será del pueblo!






¡En el combate desigual


Cayeron víctimas sin nombre!


Por el trabajo libre,


Sus miradas llamean de amenazas.






¡Repica hasta el cielo,


Eterno carillón del trabajo!


Golpea, martillo, golpea por siempre.


¡Pan! ¡Pan! ¡Pan!






¡Marchad, marchad, campesinos!


Vosotros no podéis vivir sin la tierra.


¿Os estrujaron los señores,


Os oprimirán aún por mucho tiempo?






¡Marchad, marchad, estudiantes!


Muchos de vosotros serán segados en la lucha.


¡Cintas rojas envolverán


Los ataúdes de los que hayan caído!






¡Marchad, marchad, hambrientos!


¡Marchad, oprimidos!


¡Marchad, humillados,


Hacia la vida libre!






El yugo de las bestias reinantes


Es nuestra vergüenza.


¡Expulsemos a las ratas de sus madrigueras!


¡Al combate, proletario!


¡Abajo todos los males!


¡Abajo el Zar y su trono!


Ya brilla la aurora de la libertad estrellada


Y expande su llama.






Los rayos de la felicidad y de la verdad


Aparecen ante los ojos del pueblo.


El sol de la libertad


Nos iluminará a través de las nubes.






La canalla del Zar,


"¡Bajo las patas de los caballos con ellos!",


Dirá la poderosa voz del toque a rebaño


Glorificando la libertad.


Destruiremos las bóvedas de las prisiones.


La justa cólera está rugiendo,


La bandera de la liberación


Conduce a nuestros combatientes.






Tortura, Okhrana,


(Okhrana:policía secreta zarista)


Látigo, cadalso, ¡abajo!


¡Desencadénate, combate de hombres libres!


¡Muerte a los tiranos!






Extirpemos de raíz


El poder de la autocracia.


¡Morir por la libertad es un honor;


Vivir en las cadenas, una vergüenza!






Echemos por tierra la esclavitud,


La vergüenza del servilismo.


¡Oh, libertad, danos


La tierra y la independencia!






http://www.magicasruinas.com.ar/literatura/un-poema-de-lenin.htm