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ARIEL COLMENARES
AGOSTO 2011
viernes, 16 de abril de 2010
Frente a las desastrosas consecuencias del terremoto entre nuestro pueblo:Comunistas, revolucionarios: tomar la iniciativa
Nueva Democracia. ORGANO CENTRAL DE LA UNIÓN DE REVOLUCIONARIOS COMUNISTAS (MLM) DE CHILE • Nº 38 • MARZO 2010 ¡Por la reconstitución del Partido comunista de Chile!
Chile ha sido golpeado por un gran terremoto y tsunami. Todos los centros urbanos del centro-sur del país tienen severos
daños; prácticamente todos los poblados rurales entre Santiago y Los Ángeles están en gran medida destruidos. Cientos,
tal vez un millar de hermanos ha muerto por los derrumbes o las grandes olas.
Nuestro país está emplazado en una zona sísmica, cercado por el océano pacífico y una larga cadena de volcanes activos.
Cada tanto tiempo ocurren grandes sismos y erupciones, en cada invierno grandes lluvias inundan alguna zona del país.
Sabemos que estos eventos no pueden ser controlados, pero los enormes sufrimientos que acarrean a nuestro pueblo no
se pueden atribuir únicamente a las fuerzas de la naturaleza. No todas las viviendas caen demolidas en los sismos sino
principalmente las viviendas populares construidas con materiales de mala calidad; no todas las poblaciones se inundan
con las lluvias, sino principalmente las poblaciones populares que carecen de adecuados sistemas de desagüe. Si las
construcciones de adobe aún existen no es por un especial amor a las casas viejas, sino porque las masas no pueden
costear construcciones de buena calidad; si las familias no cuentan con ahorros y recursos para sobrellevar la destrucción
no es por su falta de previsión, sino porque deben vivir el día a día con lo justo.
Hoy nuestro pueblo sufre, y la angustia es mucho más aguda entre los más pobres, los que lo perdieron todo, quienes
no tienen techo ni propiedades ni ahorros, los proletarios y semiproletarios que en las ciudades y el campo venían desde
hace tiempo sufriendo el endeudamiento, la cesantía y la carestía causada por la recesión imperialista, y que ahora sin
techo deben sobrevivir con lo puesto y enfrentar los despidos masivos que se producirán en las empresas dañadas; los
artesanos, pequeños productores y comerciantes que a duras penas sostenían talleres o almacenes bajo la presión de
los monopolios y que ahora destruidos, sin ahorros, están forzados a tomar créditos usureros para reponer sus pocos
capitales; los campesinos pobres que se endeudaron con los bancos para producir en sus pocas tierras y que ahora
están en peores condiciones de conseguir precios aceptables para sus cosechas dañadas; los pescadores artesanales que
venían sufriendo las restricciones en sus cuotas de pesca y que ahora además perdieron sus casas y embarcaciones. Los
comunistas y revolucionarios compartimos este sufrimiento, nos debemos a nuestro pueblo y tenemos enormes tareas
que desenvolver entre las masas, particularmente entre estas masas más pobres, las que no tienen ya nada que perder
más que sus cadenas, las que necesitan más que nunca la revolución.
El terremoto es causado por la naturaleza, pero la catástrofe es causada por las miserables condiciones en que vive de
la inmensa mayoría de nuestro pueblo; no es la naturaleza sino la opresión del imperialismo, la semifeudalidad y el
capitalismo burocrático lo que convierte la tragedia natural en la catástrofe que hoy presenciamos.
Comunistas, revolucionarios: más de medio país debe ser reconstruido. Sabemos que no podemos esperar nada de este
viejo Estado, ningún beneficio para nuestro pueblo. Sabemos que proteger los intereses del pueblo no es el objetivo
del gobierno -ni del que sale ni del que entra- ni del congreso, ni de las intendencias ni de los municipios, tampoco de
los jueces, la policía ni el ejército. Ellos se deben únicamente a los mezquinos intereses de clase del imperialismo, los
grandes burgueses y terratenientes, concentran sus fuerzas civiles y militares en defender la gran propiedad mientras el
pueblo, como siempre, debe arreglárselas como pueda. Nosotros podemos y debemos tomar la iniciativa en organizar a las
masas. Como parte del pueblo, tenemos la ineludible tarea de promover la organización para resolver nuestros problemas
inmediatos de alimentación, vivienda y reconstrucción y para defender los intereses de la inmensa mayoría de los chilenos
contra las arremetidas que ya preparan los explotadores nacionales y extranjeros.
Aún cuando seamos muy pocos, aún cuando nos encontremos solos, debemos desenvolver sin demora nuestra actividad
entre las masas más pobres. En cada lugar en que nos encontremos debemos impulsar brigadas populares de ayuda mutua
orientadas en un principio a resolver los problemas inmediatos, pero teniendo en perspectiva la movilización política de
las masas, única forma de asegurar la solución de nuestros problemas.
En las poblaciones hay que organizar a los vecinos para la remoción de escombros y la reparación de las viviendas; los
sindicatos deben también preocuparse por las condiciones de vida de sus asociados; estudiantes de educación superior
deben organizar equipos técnicos que evalúen las viviendas, las instalaciones de electricidad y agua y apoyar también
las tareas de limpieza y reparación; los profesores de enseñanza media pueden colaborar organizando a los estudiantes
secundarios para que sean parte de las brigadas de trabajo; los profesores de enseñanza básica pueden apoyar realizando
actividades con los niños pequeños durante las faenas; los trabajadores de la salud pueden organizar campañas de
atención médica a las zonas más alejadas y educar en el manejo de enfermedades que se derivarán de las precarias
condiciones sanitarias en que será forzado a vivir nuestro pueblo. No sólo las viviendas deben ser reparadas, entre los campesinos pobres debe también organizarse la reparación de acequias, pozos y canales y la colaboración mutua en las
tareas de cosecha y en la realización de huertas colectivas para cubrir las necesidades de alimentación en los meses
siguientes; entre los pescadores artesanales se debe además organizar la reparación de embarcaciones, redes y muelles.
Debemos sumar a todos quienes estén dispuestos a desenvolver estas tareas bajo el principio de utilizar principalmente
nuestras propias fuerzas y no pidiendo, sino exigiendo recursos del viejo Estado, que no es sino exigir que se restituya lo
que éste toma de nosotros.
Al mismo tiempo estas brigadas deben preparar las necesarias luchas contra las arremetidas de la gran burguesía, los
terratenientes y los imperialistas que aprovecharán la mayor precariedad del pueblo para reimpulsar sus tentativas
reaccionarias. La reconstrucción intentará ser cargada a las espaldas de las masas. Habrá que resistir a las embestidas
del gran capital que especulará con los precios de alimentos y energía; habrá que resistir a la usura de los bancos en los
créditos para la reconstrucción; habrá que resistir a la flexibilidad laboral y la precariedad que se intentará imponer en los
empleos; habrá que resistir a los bancos también en sus intentos por arrebatar las tierras de los campesinos pobres que se
vean impedidos de pagar sus hipotecas. Y habrá que exigir la pronta habilitación de albergues y viviendas de emergencia;
la urgente reparación de los hospitales, postas y consultorios; la disponibilidad de ropa, alimentos y combustibles a bajo
costo.
Debemos construir las brigadas de ayuda mutua bajo la orientación de nuestra línea de masas, sirviendo de todo corazón
al pueblo, practicando el centralismo democrático y resolviendo los problemas de cara a las masas promoviendo la crítica
y la autocrítica. Nuestras tareas de propaganda y agitación política deben desarrollarse simultáneamente. Debemos
sostener una permanente denuncia a los explotadores que intenten aprovechar la situación de nuestro pueblo, a su viejo
Estado que defiende sus intereses, como también a los revisionistas y toda clase de oportunistas que intentarán sacar
sus habituales prebendas electoreras. Debemos demostrar a las masas que la organización bajo una línea democrática y
revolucionaria es el único camino beneficioso para nuestro pueblo.
El país necesita reconstruirse y no será el viejo Estado ni los grandes patrones quienes lo hagan, será el trabajo de
todo nuestro pueblo ¿permitiremos que nuestro trabajo sirva nuevamente a la gran burguesía y los terratenientes? ¿O
bregaremos porque esta reconstrucción sea un impulso en el camino de la revolución chilena? Comunistas, revolucionarios:
recuperarnos de la actual devastación tomará mucho tiempo y será muy duro para nuestro pueblo. Tenemos inmensas tareas
por delante. No cejemos en impulsar la reconstrucción mediante la unidad del pueblo en nuevas formas de organización
de las masas, organizaciones amplias y flexibles que permitan aunar a todos los elementos democráticos y revolucionarios
que paulatinamente irán reconociendo la necesidad de impulsar la revolución y en consecuencia se dispondrán a colaborar
decididamente en las tareas políticas de reconstitución del Partido y de preparación de la guerra popular.
Comunistas, revolucionarios: tomar la iniciativa.
¡Trabajar codo a codo entre las masas!
¡Promover la unidad del pueblo de Chile!
¡Organizar brigadas populares de ayuda mutua!
UNIÓN DE REVOLUCIONARIOS COMUNISTAS (MLM) DE CHILE
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